Se buscan acompañantes y rivales, por mi compañero Xaime Nogueira

Nunca ha habido tanta emoción en la última semana de una temporada de Segunda B. La clasificación para el play off de ascenso se ha encarecido en casi todos los grupos (excepto el del sur, ya definido) mientras que el descenso sigue estando en el aire.
El Pontevedra vive una situación de privilegio, con toda la placidez del mundo (sólo compartida por otros monstruos de esta temporada, como el Eibar o el Sevilla B), mientras un puñado de equipos del resto de España pelean por la inmensa mayoría de las plazas y otros beneficios.
Entre las ventajas que aspiran a conseguir los clubes implicados en la pugna por la promoción, existe una que empieza a ser considerada como un bien de forma generalizada: evitar al conjunto granate, uno de los enemigos más temidos por su potencial, sus resultados, sus futbolistas y su afición. “La fase de ascenso es una lotería. Me da igual el rival. Pero prefiero no cruzarme con el Pontevedra y jugármela contra uno de esos equipos andaluces de los que tanto se habla”. La reflexión de Zubillaga, histórico jugador de la Real que hoy entrena al Real Unión de Irún, manifiesta el enorme respeto que destila el conjunto pontevedrés. Quizás ese sea uno de sus mayores enemigos en el play off... o una de sus mejores armas.
En cualquier caso, sólo hay que ver los números alcanzados por los lerezanos hasta la fecha dentro del grupo Primero para ver su poder.
Lo único sabido del sector de competición en el que está el cuadro de Gracia es su liderato y su campeonato, certificado el pasado fin de semana. Además, hay dos descendidos de forma matemática, el Orientación Marítima y el Racing B, un equipo en coma (el Cobeña), otro en desventaja (el Atlético B, ahora mismo es el cuarto descendido), otros dos implicados en la pelea por el descenso con muchos problemas (la Gimnástica está en plaza de promoción de descenso y el Pájara está igualado al cuadro cántabro y con un solo punto de margen con respecto al Atlético B).