¡Que suene la cesta!

Quedan 2´10´´ para el final. Dos abajo. Hay que jugársela desde la línea de 6.25. Una de "tres" nos llevaría a la gloria... Flexiono, armo el brazo, me levanto y a dejar que suene la cesta. Tengo la muñeca tonta. Reflexiones acerca del deporte rey. Por mí.

5/30/2007

Así fue el fichaje de Maradona por el Barça (Sport.com)

El contrato con el jugador no pudo firmarse hasta unos días después en Barcelona por culpa de la penúltima astracanada que salpicó cuatro años de encuentros y desencuentros. Un cuarto de siglo después, los actores del fichaje confiesan las anécdotas de una negociación irrepetible.

Con el Almirante Lacoste no se discute

El Barça tenía fichado a Maradona ya en 1980. El acuerdo con Argentinos Júniors era total y hasta se había organizado en Buenos Aires una fiesta para celebrar el traspaso. Días después, no obstante, Josep Maria Minguella, intermediario de la operación, recibió una inquietante llamada de Julio Grondona, presidente de la AFA. “Vení para acá, hay un problema”. El problema era que el gobierno militar argentino no estaba dispuesto a dejar ir al astro. Por decreto, el Almirante Lacoste -’organizador’ del Mundial’78 y Ministro de Bienestar Social- le dejó bien claro al Barça que ‘Dieguito’ no se iba. Lo dijo de uniforme, cargado de medallas y dejando claro que no aceptaba discusiones.

Julio Grondona paraliza la gira del Barcelona por Ecuador

A finales de mayo de 1982, el Barcelona estaba de bolos por Ecuador aprovechando que la Liga española había acabado pronto para así preparar el Mundial’82. Estando en Guayaquil, una llamada de teléfono sacudió la concentración. Julio Grondona, presidente de la AFA proponía un partido entre Argentina y el Barça. Fue la tapadera para tratar de solucionar el lío en que el Almirante Lacoste había metido a Boca, a Argentinos, a la AFA y a Maradona.

Una cena en Buenos Aires

El problema que tenía la AFA era de órdago. Para evitar que Maradona se fuera a Europa dos años antes, el principal organismo del fútbol argentino tuvo que compensar a Argentinos, que estaba perdiendo una buena cantidad de pasta al no vender al jugador al Barcelona. Al mismo tiempo, Boca adquirió unos compromisos con el club de origen de Maradona que no cumplió ni en el primer plazo. Los demandas judiciales entre ambas entidades eran constantes y Grondona vio claro que esto sólo podía frenarse si el Barcelona compraba al jugador. Para ello, convocó una cena en su domicilio entre todas las partes en la que se puso un 24 de mayo de hace 25 años, la base para que el ‘Pelusa’ viajase a Barcelona.

“Si arreglamos esto, luego probaremos con lo de Las Malvinas”

Mientras en la cena en casa de Grondona servían el postre, en Barcelona, la secretaría de Joan Gaspart ya reservaba tres plazas en el primer vuelo con destino a Buenos Aires a nombre de su jefe, de Juan Ignacio Brugueras y de Josep Lluís Núñez. A las 20.30 horas del 25 de mayo, la expedición blaugrana embarcaba en El Prat. Allí se cruzaron con Pablo Porta, presidente de la RFEF, que les deseó suerte. El mensaje de Núñez era cauto. “No podemos asegurar que volvamos con el jugador. Vamos a meternos en medio de una guerra muy fuerte entre dos clubs. Trataremos de ponerles de acuerdo pero no será fácil. Si arreglamos esto, luego probaremos con lo de Las Malvinas, que será más sencillo”.

“Señor H.H., nos vamos a Londres”

Y es que el papel de Núñez en este fichaje fue fundamental. Fue el único caso que se recuerda que el presidente blaugrana comandara sobre el terreno todas las partes de la negociación en su larga etapa como presidente. Un día, Núñez llamó a Helenio Herrera, en quien confiaba absolutamente y le dijo: “Señor H.H., nos vamos a Londres”. Allí fueron el técnico, el presidente, el vicepresidente y algún directivo con sus esposas para asistir en Wembley a un Inglaterra-Argentina. Núñez quería ver en acción a Maradona. Luego, viajó personalmente para cerrar la operación. Nunca más lo hizo.

Gaspart bloquea la centralita del Plaza

Tras 14 horas de viaje, los tres emisarios entraban en el hall del Hotel Plaza de Buenos Aires donde les esperaba Minguella y una veintena de periodistas, que dan por hecho el fichaje. En recepción, los mensajes para Joan Gaspart desbordaban a la telefonista. El vicepresidente se pasó cerca de dos horas hablando por el teléfono de la cabina del hotel antes de coger la llave y mientras hablaba por un aparato, las llamadas desde Barcelona y Argentina colapsaban el Hotel Plaza. Durante 48 horas ese hotel pareció sede de La Telefónica.

“Somos el Barça, no los Reyes Magos”

Por la tarde, la expedición barcelonista acude al Monumental para ver un Argentina-Benfica, que tendría que haber sido originalmente un Argentina-Barcelona. Tras el encuentro, las partes implicadas en el traspaso se reúnen en una cena en la que se tiran los platos por la cabeza. El Barça comprueba como todos los que se sientan alrededor de la mesa les piden dinero. Les pide dinero la AFA, les pide dinero Boca por dejar de tocar las narices con el juicio, les pide dinero Argentinos Júniors y les piden más dinero los de Maradona Producciones. A las 4,30 horas de la madrugada Juan Ignacio Brugueras liquida la discusión con una frase solemne: “Señores, que somos el Barça, no los Reyes Magos”. La negociación está, oficialmente, rota.

En Nueva York se compra más barato

Cuatro horas después, el principio de acuerdo era posible. Los argentinos, viendo que se quedaban sin la pasta, rebajaron sus pretensiones y el Barcelona, gracias a Carlos Tusquets, encontró una vía para pagar más sin que se notara en las arcas del club. Tras dejarse las pestañas revisando tipos de cambio peseta-dólar, Tusquets descubrió que si se compraban bonos exteriores en New York el cambio era sumamente favorable, lo que permitía mejorar la oferta.

La invasión de los abogados

Con todo a punto para sellar el acuerdo final en el despacho de Grondona, seis abogados de anteriores pleitos de la AFA con Boca se plantan en la oficina y aseguran que o les pagan los 240.000 dólares que les deben, o que ahí no se firma nada. Núñez lo solucionó rápido. “Juan, llama a un coche que nos vamos a casa y esto lo firmaremos en Barcelona. Minguella, tú te quedas”. Al cabo de dos días, Maradona abandonaba la concentración de Argentina en Alicante para viajar a Barcelona y firmar el contrato que culminaba la negociación más larga del mundo.