Pulso Nike-Puma (Por Toni Frieros)

El mundo del fútbol ha evolucionado, como toda la sociedad, de forma vertiginosa. Hace cuarenta años, por ponernos un punto de partida, era impensable que un futbolista cobrara por jugar con una determinada marca de botas. O que un club percibiera millones de pesetas por vestir una firma de prendas deportivas.En la Liga que el Barça ganó con Johan Cruyff como gran figura, la temporada 1973-74, la vestimenta azulgrana no llevaba anagrama alguno. No fue hasta 1982 cuando Meyba empezó a equipar al FC Barcelona, ya con Josep Lluís Núñez como presidente. Meyba era una empresa con raíces catalanas y permaneció diez años vistiendo a todos los equipos azulgranas. Eran otros tiempos, porque la televisión empezaba a tener un peso específico muy grande en el fútbol español y precisamente por eso comenzaba ya a hablarse de los famosos derechos de imagen. A Meyba siempre le cabrá el honor de que la primera Copa de Europa de la historia del Barça se consiguió con aquella famosa camiseta naranja de la firma catalana.Curiosamente antes de esa final, Núñez, que siempre fue un precursor en estos temas, ya había firmado con la empresa italiana Kappa. Ese contrato entró en vigor el 1 de julio de 1992 y duró hasta el 30 de junio de 1998. Para rescindirlo, el FC Barcelona tuvo que pagar una indemnización a Kappa, cantidad de dinero que procedió de Nike.En ese período, el dinero que recibía el Barça por vestir Kappa era irrisorio comparado con lo que percibían otros grandes clubs y el Barça era entonces uno de los mejores de Europa. Había ganado dos Ligas, la Recopa de Europa, la Supercopa europea, la Copa del Rey. Era el Barça de los Ronaldo, Figo, De la Peña, Guardiola, después Rivaldo, Kluivert...El matrimonio Barça-Nike se fraguó en noviembre de 1997, pero no entró en vigor hasta el 1 de julio de 1998. La entrada de la multinacional americana fue posible, entre otros factores, por supuesto, gracias a las gestiones de José María Frigola, director general de Nike, y de Sandro Rosell, entonces director de Sports Márketing de la compañía. Fue de las grandes gestiones de Rosell, que después viajó a Brasil para llevar las riendas de la empresa en toda Iberoamérica.Eran tiempos en los que las camisetas empezaban a venderse como churros en todos los confines del mundo, al igual que cualquier producto que llevara el logo de un equipo de fútbol, en este caso el Barça. El hoy conocido y consolidado merchandising estaba en pleno auge.El contrato entre el FC Barcelona y Nike se firmó por diez años, hasta el 30 de junio de 2008. El club azulgrana percibía 2.000 millones de pesetas (12 millones de euros) por cada una de ellas más el incremento del IPC. Sin embargo, en el 2001, fue Joan Gaspart como presidente quien entendió que esas cifras ya habían quedado desfasadas y pidió una mejora. Nike accedió a pagar 3 millones más de euros al año a cambio de crear una nueva sociedad para explotar conjuntamente el merchandising. Se repartían los beneficios al 50% a partir de los 3 millones de facturación.Ambas partes acordaron que a falta de dos años para expirar ese contrato, el FC Barcelona podía iniciar negociaciones con otras empresas para mejorarlo. Nike accedió incluyendo, eso sí, una cláusula por la que se reserva el derecho de tanteo. Es decir, el Barça tiene la obligación de hacerle llegar ese nuevo contrato a Nike para que lo iguale o lo mejore. Y Nike sólo dispone de quince días para hacerlo una vez exista la notificación oficial.El FC Barcelona y Nike llevan cerca de seis meses hablando de la redacción de un nuevo contrato. Durante este tiempo la entidad azulgrana ha conquistado por segundo año consecutivo la Liga y la Champions League. Su prestigio internacional ha crecido como la espuma y la entidad cree que los 15 millones de euros que viene percibiendo por parte de Nike han quedado anticuados y, además, desfasados si tenemos en cuenta que el Manchester United recibe 30 millones de euros de Nike y el Real Madrid la misma cifra de Adidas. El club presidido entonces por Florentino Pérez aprovechó sus títulos y los fichajes de Zidane y Beckham para conseguir una cifra de negocio que de hacerse hoy, tal y como está el equipo blanco, le sería imposible.Mientras Barça y Nike estaban negociando llamó a la puerta de Arístides Maillol la empresa alemana Puma y le hizo saber al club azulgrana que estaba dispuesta a satisfacer sus deseos. Y desde entonces, el FC Barcelona y Puma han venido manteniendo reuniones para concretar al milímetro una oferta atractiva y que cumpla las expectativas.El FC Barcelona quiere un mínimo de 30 millones de euros por temporada y firmar un contrato por diez años, que se plasmaría en un compromiso de cinco años más otros cinco. Además, el club azulgrana quiere ser la primera y gran apuesta deportiva de la firma comercial a nivel mundial. Y, lo que es más importante, recuperar el cien por cien de la gestión del merchandising. Es decir, la empresa que crearon en su día el Barça y Nike pasaría a manos del club a partir del 1 de julio del 2008.Según ha podido saber SPORT, Joan Laporta, presidente del FC Barcelona, está sopesando muy seriamente firmar la propuesta de Puma que, parece ser, cumple con todas las exigencias del club. Ahora bien, también nos consta que al Barça le gustaría llegar a un acuerdo con Nike sin necesidad de llegar al derecho de tanteo. De todos modos, la entidad azulgrana entiende que ha habido tiempo más que suficiente para que este tema hubiera quedado zanjado de forma satisfactoria apelando a la complicidad que siempre ha existido entre ambas partes.Es obvio que en esta operación (hay que tener en cuenta que se trata de un contrato con más de 700 folios, entre los que hay miles de cláusulas) quien más tiene que perder es Nike, pero como todavía no ha recibido la notificación de la firma con Puma, aún sigue teniendo todas las posibilidades de vestir al Barça hasta junio del 2018.Dicho de otra manera, sería mucho más noticiable que Nike perdiera al FC Barcelona que renovara ese compromiso. El club que preside Laporta querría que antes de finalizar el 2006 ya se supiera quién será su socio. Falta poco para conocerse la respuesta.