¡Que suene la cesta!

Quedan 2´10´´ para el final. Dos abajo. Hay que jugársela desde la línea de 6.25. Una de "tres" nos llevaría a la gloria... Flexiono, armo el brazo, me levanto y a dejar que suene la cesta. Tengo la muñeca tonta. Reflexiones acerca del deporte rey. Por mí.

10/09/2006

Hay Nacho para siempre

El barcelonismo saldó su deuda histórica con Nacho Solozabal, uno de los grandes mitos en la historia de la sección de basket. Catorce años después de su retirada, Nacho pudo recibir por fin el reconocimiento público de ‘su’ afición y ver cómo la camiseta con el número 7 que defendió con ahínco dando muchas tardes de gloria a los colores blaugrana lucirá a partir de ahora en lo más alto del Palau Blaugrana.Fue un homenaje sobrio, concentrado pero muy emotivo, en el descanso del Barça-Gran Canaria. Nacho, fiel a su talante, lo había querido así... y así fue. Por un día, el ex jugador se convirtió en protagonista. Dejó su puesto habitual de comentarista en los partidos de TV3 y se convirtió ayer en el centro de atención.Presenció los dos primeros cuartos del choque en primera línea de un palco abarrotado de vip’s, junto a Joan Laporta, Jordi Vilajoana y Jaume Ferrer. En el descanso llegó el momento culminante. En el videomarcador del Palau se proyectaron imágenes de su prolífica carrera siempre vinculada al Barça. Luego, Solozabal abandonó el palco y bajó a la pista. Esa pista que fue testigo mudo de sus tardes gloriosas. Y la afición puesta en pie y coreando su nombre le recibió con una atronadora ovación.Nacho, una persona que a lo largo de su trayectoria deportiva se ganó el cariño y la admiración de entrenadores, compañeros y rivales, no estaba solo. Junto a él muchos viejos rockeros compañeros en mil victorias como los Epi, Jiménez, Sibilio, Norris –a quien la afición no olvida–, Flores, De la Cruz, Davis, Ferran, rivales como Iturriaga, Brabender, Corbalán, Romay o técnicos como Maljkovic, Serra o Zeravica.Todos se quisieron abrazar con Nacho y varios de sus ex compañeros portaron una camiseta gigante con el número 7 de Solozabal que depositaron en el centro de la pista. Los sobrinos del ex-jugador habían dado el pistoletazo de salida al homenaje y uno de los momentos culminantes fue cuando su esposa Maite y sus hijas Alicia y Miriam salieron a la cancha mientras sonaban los acordes de la canción de Joan Manuel Serrat, ‘Paraules d’ Amor’. Ellas fueron las encargadas de entregarle una pelota firmada por sus amigos, con los que luego se haría una foto de familia.La recta final del acto en el que se retiró la camiseta de Nacho estuvo marcado por una intensa emoción. Solozabal quiso agradecer a la ‘gent blaugrana’ todo el cariño recibido a lo largo de los años. Fueron unas palabras sentidas, que emergían desde el corazón. Un corazón que siempre ha latido henchido de barcelonismo y que ha tenido en el Palau ‘su’ casa.Una vuelta olímpica al Palau recibiendo una atronadora ovación que puso los pelos de punta puso fin a un acto sencillo, pero cargado de cariño y emoción. Los aficionados de siempre, aquellos que aplaudieron sus canastas y las nuevas generaciones, aquellas que no vieron evolucionar a Nacho pero que conocen de su calidad humana y deportiva, le despidieron coreando su nombre.Una afición que ayer más que nunca mereció un ‘diez’ y volvió a ratificar que es, sin lugar a dudas, el más rico patrimonio del que dispone el FC Barcelona. Nacho, en su discurso, les había dado las gracias por su cariño y apoyo a lo largo de su dilatada carrera. Pero también les pidió que estuvieran al lado de los jugadores del actual equipo porque, sin duda, les necesitaban de cara a lograr el objetivo común de aficionados, técnicos y jugadores: lograr los mayores éxitos posibles para el basket blaugrana.Y ayer, lo cierto es que la afición estuvo de ‘diez’. Primero estando al lado del Nacho en su homenaje y luego al lado del equipo de Ivanovic, que jugaba su primer partido en el Palau de la actual Liga.La única lástima es que este Barça no pudo poner la guinda al pastel de una jornada para la historia con el triunfo. El Gran Canaria se encargó de aguar el fin de fiesta llevándose el triunfo e impidiendo que este Winterthur Barça –que, por cierto, fue presentado a la afición al más puro estilo de la NBA– lograra sumar su primera victoria de la temporada oficial.Pero, pese a todo, no hubo ningún reproche desde una grada que estuvo animando y creyendo en la victoria hasta el bocinazo final. Nacho Solozabal volvió a ver la segunda parte de nuevo desde el palco junto a Joan Laporta, el presidente bajo cuyo mandato ha podido hacerse realidad, por fin, el homenaje del ‘7’ blaugrana. Un presidente que, además, ha apostado fuerte por el baloncesto de cara a intentar que la sección vuelva a reverdecer viejos laureles.Ayer, Ivanovic y sus jugadores no pudieron recompensarle ofreciéndole la victoria a él y a ese Nacho Solozabal que continúa viviendo el baloncesto con la misma intensidad que cuando era jugador pero ahora desde la faceta periodística, por un lado, y de trabajo con los niños por otros.Nacho espera y confía, como todos los aficionados barcelonistas, que el Winterthur Barça acabe deparando tardes de gloria. De momento el inicio es titubeante, pero pese a todo esa desilusión no puede empequeñecer la jornada vivida. Y es que el barcelonismo pagó su deuda con un caballero del deporte como Nacho Solozabal. Y eso ya es mucho.
Por Xaime Martínez Olivar y Maite Antón